Wang Chun Jiang (Shawn Dou) |
Esos recuerdos perdidos venÃan a él desde que conoció a una mujer que extrañamente, era muy similar a la mujer que siempre aparecÃa en sus recuerdos, memorias recuperadas tras varios siglos sin recordar nada. La angustia le atormentaba, no le dejaba dormir, ya que querÃa saber quién era esa mujer. Decidido fue a buscar a la gumiho que le transmitÃa una sensación de familiaridad con la mujer de las escenas de su pasado.
SabÃa que encontrarÃa a la persona que buscaba en la casa
del dios de la guerra, Zhao Wu Tian, puesto que era su mujer, Bae Soo Young. Al
llegar a la vivienda se presentó como el dios del agua, Wang Chun Jiang. Los
sirvientes, criaturas sobrenaturales celestiales, le abrieron las puertas de la
casa y le llevaron hasta la señora de la casa.
Una mujer se encontraba de pie mientras leÃa unos
documentos. Su lectura se interrumpió con la llegada del dios.
-Buenos dÃas, Soo Young -saludó el dragón.
-Eras tú… -dejó los documentos que llevaba en la mesa y se sentó
mientras le indicó al invitado que también tomase asiento- ¿En qué puedo
ayudarte?
Él hombre sabÃa que la gumiho era lista.
-Verás. Recientemente, algunas de mis memorias están
volviendo a mÃ. Recuerdo muy bien ciertas escenas pasadas, pero otras no.
La deidad menor de la cosecha escuchaba atentamente a las
palabras del dios.
-¿Tienes algún familiar que se parezca mucho a ti?-preguntó
directamente el inmortal.
La pregunta sorprendió a la mujer. En un principio iba a
negarse a responder, pero algo en su interior le decÃa que debÃa hacerlo.
-Tal vez -empezó a juguetear con el lazo de su hanbok-sà o
no.
La respuesta fue más desconcertante de lo que se esperaba el
dragón acuático. Soo Young se rio de él al ver su rostro. No sabÃa si seguir
con la ambigüedad o ser sincera.
-La respuesta depende del año del acontecimiento. Necesito
más detalles…
El dragón le interrumpió con rapidez.
-Antes del intento de asesinato, recuerdo haber estado en el
mundo de la Tierra. En especial, una mujer que se parece mucho a ti… -eso
último no sabÃa si se lo tenÃa que haber callado.
Si se referÃa a cuando él fue atacado, la gumiho ya sabÃa lo
que tenÃa que responder.
-SÃ. Una hija, mi primera hija, por esas fechas deberÃa
tener la edad casamentera si no hago mal mis cálculos- antes de que el hombre
hablase, la mujer se adelantó a contestarle- No sé dónde está, pero te puedo
decir dónde sà está la menor. Ella está buscando su hermana. Además, me vendrÃa
bien que alguien la vigilase.
-Gracias -el dragón sacó de una de sus mangas un emblema de
jade verde. Se lo tendió a la dueña de la casa como agradecimiento.
-Solo hazme el favor que te he pedido sobre mi hija Bai. Es
muy traviesa e inocente, pero buena. Respecto a la mayor, no sabrÃa que
decirte. Puedes mandar a alguien o ir tú mismo. Eso es tu decisión -la mujer
dio por finalizada la conversión y despachó al dios del agua con un simple
gesto.
Soo Young recordó que tenÃa que decirle el lugar de
residencia de su hija menor.
-Chun Jiang, Zhao Bai está en el mundo de la Tierra, en
concreto, una ciudad llamada Revenge Town.
El dios se volteó para escuchar el último comentario de la
mujer, después se despidió de ella y se marchó del lugar, dejando de tras de
sÃ, las puertas principales de la casa.
La respuesta que vino a buscar por parte de ella, le habÃa
podido dar alguna pista sobre la mujer que buscaba. TenÃa que preparar el
viaje. Los humanos no son personas abiertas a las criaturas mágicas, por lo
menos, no lo eran desde hace unos dos o tres siglos.
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