Encuentro de hermanas

Era 1984 en una ciudad, Revenge Town, de una isla remota llena de criaturas fantásticas, sobrenaturales nació una niña en un día de tormenta. Esa niña se llamaba Crystal Zhao, hija de chinos que habían ido al país estadounidense a buscar un futuro mejor. Pasaron los años y la niña creció hasta ser una mujer adulta, graduada de la Universidad Raven de la misma ciudad en Telecomunicaciones.

Crystal sabía que la ciudad no era normal, presentaba un ambiente muy cargado de energía muy negativa que si habías nacido allí no lo notabas, solo lo podían sentir los foráneos de la isla. En la actualidad, trabajaba para una pequeña editorial que era dueña de varias revistas de moda. Sus padres le habían contado como la ciudad se había modernizado sin dejar atrás ese lado misterioso y oscuro del pasado de la ciudad. Siempre se habían escuchado rumores, leyendas e historias sobre la isla, que en origen era un lugar solo para seres especiales. Crystal vivía en el barrio chino de la ciudad el cual no quedaba muy lejos de una tienda de cosméticos y maquillaje nuevo en la ciudad, Aethernal, una marca coreana. Le gustaba ver cómo negocios asiáticos también se instalaban en la ciudad ya que eran minoría. Siempre había sido marginadas por ser asiática.
Zhao Xiao Xi/Crystal Zhao

La joven iba camino a la universidad, asistía a una conferencia sobre nuevas tecnologías la cual le sería útil en su trabajo. Al entrar en las instalaciones recordó sus años universitarios, cierto sentimiento de nostalgia vino a ella el cual incrementó al ver una joven asiática que parecía estar causando problemas en el campus universitario. Esa joven era Zhao Bai quien estaba intentando huir de alguien por haber hecho alguna fechoría por lo que decidió protegerse detrás de Crystal usándola de escudo.

—Perdona, ¿podrías dejar de agarrarme con fuerza? —inquirió la joven con voz molesta.

Bai soltó a la joven tras ver que había conseguido burlar a su seguidor, después se disculpó con una amplia sonrisa en su rostro. La pequeña gumiho paró a mirar a la chica, algo en ella era familiar, qué era se preguntó Zhao Bai. Ya lo sabía era su olor, huele igual que su hermana mayor tercera Zhao Xiao Xi. Esto significaba que las noticias eran ciertas, su hermana ha hecho una transmigración para reencarnarse bajo otra identidad diferente. No la había reconocido a simple vista, puesto que su hermana siempre había tenido apariencia de ciervo blanco.

Zhao Bai
Zhao Bai
— Soy Zhao Bai, una chica alegre y traviesa que acaba de venir a la ciudad —volvió a sonreír.

Crystal observó a la gumiho y se presentó a ella por educación, pero esperaba no verla nunca jamás. No solo el sentimiento de nostalgia emanaba de ver a la chica, otros sentimientos como la envidia y la tristeza también empezaron a surgir los cuales se contradecían con el afán protector.
—¿Tienes hermanos? ¿Cómo son tus padres? ¿En qué trabajas? —empezó a preguntar la deidad a su hermana dejándola perpleja por las preguntas personales que le estaba realizando.
—Lo siento, pero no tengo tiempo para responder algo personal a una persona a la que ni siquiera conozco más que su supuesto nombre —de esta manera la humana consiguió poder excusarse y así irse a la conferencia.

Clarisa Bucarelli
Prosiguió su camino, pero no se esperaba que aquella chica le persiguiese hasta allí mismo y que nadie le dijese nada. La conferencia duró toda la mañana, pero ahí seguía la chiquilla. Al salir de la sala, se fijó como alguien se acercó a Bai, debía de ser esa persona que la seguía antes, era una chica también asiática. Escuchó como la joven regañaba a la otra por algo, pero no logró escuchar exactamente las palabras con claridad. Después las dos chicas se voltearon hacia su dirección y se acercaron a ella.

—¡Hola, otra vez! —dijo Zhao Bai mientras cogía de un brazo a Crystal.

—Buenas, soy amiga de Bai, me llamo Clarisa —la otra chica se presentó educadamente, la joven pudo ver las diferencias de personalidad a primera vista de las dos amigas.

—Buenas, soy Crystal —se presentó la humana —. ¿Estudiáis aquí?

— Sí. Somos estudiantes de primer año —respondió Clarisa con voz medio baja.

— Encantada, entonces... si me lo permites tengo que irme a trabajar. 

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