Hermanas Pagnotto -- Cap. 8




Cassandra ya se había adaptado al nuevo entorno. Logró hablar con el señor Zhao sobre el tema de sus primas.Por lo visto, la chica en problemas si era posiblemente prima suya, ya que la descripción coincidía con la que Bai le había dado de una misma chica que era hermana de su vecina. Además, se enteró que la vecina tenía otra hermana más y eran trillizas. Era el momento adecuado para ir  Luminare City y hacer turismo.

En ese momento, Cassandra aún no se apañaba bien del todo con la tecnología y el transporte de los humanos por lo que decidió ir hasta la ciudad usando el hechizo de teletransportación. Así sin más ya se encontraba ante esa nueva ciudad para ella. No le sería fácil llegar al encuentro de sus primas, pero albergaba esperanzas de conseguir algo de información.

La ciudad hacía honor a su nombre. Había mucha luz y luminosidad. Las casas en general, sus fachadas, eran de colores claros por lo que la ciudad estaba llena de colores que alegraban las calles.  Todo lo que tenía que encontrar era algo relacionado con sus primas. Sabiendo que son las reencarnaciones de las Moiras quienes murieron la aclamada Batalla de las 300 noches, sus profesiones tendrían que estar relacionadas con el presente, el pasado y el futuro. Lo ideal sería probar con una profesión que no fuese muy común como tarotista, curandera, adivina o algo por estilo. No cualquier habría un negocio de esas características y en Luminare City no abundaban. Previamente había hecho su trabajo de campo. Buscó información de todas las tiendas de esas características y que además hubiera información sobre las trillizas.  Afortunadamente, solo existía una tienda que cumpliera con todos sus requisitos para empezar su búsqueda.

La tienda se encontraba más a las afueras de la ciudad que dentro de la propia ciudad, era un barrio periférico lleno de casas con su jardín o casas con local abajo. La tienda de esoterismo se llamaba Lunae. Cassandra decidida entró. En el mostrador se encontraba una chica que no tenía las características de su familia, por lo que descartó que pudiera ser una de sus primas. 

-Hola, venía porque quería concertar una sesión de tarot al ser posible -dijo la diosa de la adivinación.

Era algo irónico que una diosa de la adivinación fuera a una tienda de esoterismo a preguntar por su futuro. Sin embargo, por mucho que Cassandra podía adivinar el futuro y dar profecías siempre era sobre los demás, nunca sobre ella. 

- ¿Claro! ¿Qué día te viene bien? -le preguntó Nía, la amiga de Astraea.

-Cualquier día en realidad... ¿Podría ser ahora? - pronunció con tono comedido la deidad.

La dependienta se dispuso a abrir una agenda para comprobar la disponibilidad. Esta asintió que podía ahora mismo, aunque posiblemente la tarotista tardase algo en llegar ya que no estaba en el interior de la tienda, pero la podía. Cassandra no le importaba esperar todo el tiempo que hiciera falta. Una vez en el lugar no iba a ceder. Si podía quitarse la duda, mejor ahora que arriesgarse a volver otro día. Nía llamó por teléfono a su amiga, por lo que pudo escuchar la deidad, la chica se llamaba Astraea y no tardaría en llegar. Así fue, solo se demoró diez minutos aproximadamente. En vez de entrar por la puerta de la tienda, apareció por otra puerta en la que debía dar acceso a una casa. 

-Hola - Astraea saludó a la clienta.

La diosa le devolvió el saludo. Ella al ver a la chica pudo ver ciertos rasgos que le recordaban a sus tíos. Los ojos azules de su tía y el cabello moreno de su tío. Podría ser una de las trillizas que tanto ansiaba encontrar.

Astraea le indicó a la diosa que se adentrara al interior de una sala en donde había una mesa redonda con una bola de cristal y dos sillas, una enfrente de la otra, solamente separadas por la mesa. As sentó en una silla y Cassandra en la restante. De esta manera ambas chicas se miraban a los ojos. La joven morena de tez blanca sacó un mazo de barajas de tarot marsella. Mientras barajaba, le pidió a la que era su clienta que se concentrara en ella misma. Así hizo la diosa de la adivinación. Pensó en lo que quería conocer, sus primas. Astraea empezó a colocar las cartas en la mesa con cuidado mientras las volteaba. La primera carta era la muerte, la segunda el juicio y la tercera era la rueda de la fortuna.

- Se avecinan cambios por destino y llegarán noticias pronto de lo que tanto quieres conocer... -empezó a describir lo que decían las cartas As.

Cassandra la interrumpió.

-Son noticias buenas debido a que la carta del juicio está presente y están relacionadas con una profecía...

-Sí... ¿cómo lo sabes? ¿sabes leer tarot? -preguntó sorprendida As.

De normal sus clientes no sabía leer las cartas y quienes sabía no pedían lecturas, solo venían y compraban lo que necesitaban para sus rituales y hechizos.

-Sí, sé leer el tarot, tengo visiones y pronóstico profecías -enunció la pelirroja.

-Entonces... ¿para qué has venido a por una lectura?

-Busco respuestas a un tema importante que está relacionado con varias profecías, pero te diré una de ellas...

El rostro de Astraea era un poema. Una desconocida le iba a hablar de una profecía. Su vida está siendo muy complicada últimamente con tantas profecías y sucesos extraños.

-Tres mujeres jóvenes, pasado, presente y futuro reunidos están, unos poderes desaparecidos tras la guerra, vuelven a nosotros. Poderes codiciados por el bien y el mal. Los demonios quieren destruir el pasado y los dioses buscan proteger el futuro, en el medio está el presente, sufridor del pasado y del futuro. Un lazo y una unión - verbalizó la deidad.

As no se lo podía creer. Esa profecía estaba relacionada con los sueños y otras profecías que había escuchado en los últimos días. No sabía como reaccionar. Se quedó callada durante un rato hasta que Cassandra decidió preguntarle si tenía dos hermanas y si eran trillizas.

-Eh... sí... somos trillizas... ¿cómo lo has sabido? -pregunta tonta pensó As.

-Como he dicho antes estoy buscando conocer ciertas noticias relacionadas con la profecía. Implica que tengo que encontrar a trillizas que estén relacionadas con el pasado, el presente y el futuro.

La joven empezó a atar cabos. La profecía y lo que buscaba la clienta posiblemente fuera lo mismo que ella y sus hermanas buscaban desde cuatro días. As se armó de valor.

-¿Está relacionado con algún evento del pasado?

-Sí. Veo que te has dado cuenta de algo. Lo que busco en realidad son a mis primas- explicó Cassandra.

"¿Sus primas? Entonces las primas de ella son trillizas y nosotras somos trillizas... por lo tanto eso quiere decir que..." pensó Astraea.

-Creo que podéis ser mis primas -sentenció la diosa.

Una pieza del puzzle se había desbloqueado ahora mismo con la llegada de la nueva clienta, pero que traía a su vez más incógnitas. Astraea ha logrado conocer ese lado de la familia que desconocía mientras Clarissa ha dado con el objetivo principal de su búsqueda. Dos lados de una misma familia que fue dividida y separada a la fuerza se acaban de reencontrar.

Cassandra se presentó formalmente ante su prima y está le dijo que ahora mismo vive sola pero sus hermanas están pasando una temporada con ella. As le sugirió a su prima subir arriba para hablar entre las cuatro y resolver sus dudas por lo menos averiguar cómo su familia se había distanciado y qué era todo el tema de la profecía. Salieron de la sala de adivinación y Astraea indicó a Nía que cerrará pronto la tienda si no venía clientes por lo que quedaba el resto del día. Cassandra siguió a As por la misma puerta por la que había entrado a la tienda antes. La puerta llevaba a unas escaleras que daban acceso a una vivienda. Una vez en el salón de la casa, las otras dos hermanas se vieron sorprendidas por la inesperada visita. Ei estaba leyendo un libro de historia mientras Anahid estaba con su tablet.

-Hermanas, os presento a nuestra prima Cassandra -pronunció con prudencia As. No sabía cómo iban a reaccionar sus hermanas.

-¿Nuestra prima? -miró Anahid a Cassandra mientras enarcó una ceja - Por lo menos tiene buen gusto para vestir.

-Hola -saludó Ei -me llamo Eidothea pero me puedes decir Ei -una sonrisa enorme se dibujó en su rostro.

-Ella es Anahid -presentó As a su hermana quien no había hecho mención de decir como se llama.

Ei indicó a su prima que se podía sentar en cualquier lugar del salón mientras Astraea fue a la cocina a por unas pastas y algo de té. 

-¿Cómo es que eres nuestra prima? -inquirió Anahid.

-Llevo tiempo buscando a mis primas y sois vosotras.

-Ya, ya... eso no me sirve, me refiero ¿cómo sabes que somos nosotras? -insistía Anahid.

-A vuestra hermana le he mencionado una profecía y ella ha atado cabos, su reacción me ha ayudado a saber quienes sois.

Anahid ya no sabía por dónde seguir. Ei en cambio se mostró pensativa sobre el tema de la profecía.  

-¿No tendrá que ver con el pasado, presente y futuro? -preguntó Ei finalmente.

La diosa asintió ligeramente con su cabeza. Una vez que As volvió de la cocina y dejó todo sobre la mesa, Cassandra procedió a explicarles en detalle el tema de las profecías. Les dijo que las profecías son las Moiras, lo que confirmaba el tema de pasado, presente y futuro. Pero las hermanas aún no sabían muy bien porque está relacionado con ellas ese tema a pesar de que habían llegado a su propia conclusión. La diosa les comentó que ellas son la reencarnación de las hermanas Moiras. Además, explicó que ellas son las hijas de su tías y su madre es la hermana mayor de ellas. Cassandra no quiso añadir más información por el momento.

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